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El ego es una instancia psíquica mediante la cual una persona se reconoce como un ser autónomo, "como un yo". Esto significa que el ego es, en sí mismo, la "parte central de la consciencia humana" encargada de dar el sentido de sí mismo.
Cuando esta visión de uno mismo se manifiesta de forma constante y persistente, se considera que está exacerbado y traspasa la frontera de lo aceptable para vivir en convivencia con los demás.
Por eso en esta nota te presentamos el ego y los cuatro campos en que opera, tanto a nivel personal como transpersonal en los cuales actúa, siguiendo los preceptos que Alejandro Jodorowsky, reconocido artista y psicomago chileno.
¿Qué es el ego?
La palabra proviene del latín y significa "yo". Desde los campos de la psicología y filosofía se utiliza para designar a la conciencia del individuo, entendiendo como tal la capacidad que cada persona tiene para percibir la realidad.
Adquirió gran relevancia gracias al psicoanálisis, donde Sigmud Freud lo reconoce como esa instancia psíquica en la cual un individuo reconoce el yo, siendo el mediador entre el Ello y el Superyó.
Desde estos campos también comulga con las ideas de otras sabidurías populares, donde hace referencia a la valoración propia de un individuo y sus capacidades, que generalmente se vincula a aspectos que pueden ser negativos, en el cual la persona carece de modestia, es arrogante y soberbio.
Aunque todas tienen algo de razón, lo cierto es que cada persona tiene un ego, el cual puede estar bien o mal aspectado. Prestarle atención permite conocerlo y orientar el trabajo personal en beneficio de un desarrollo individual.
¿En qué niveles opera el ego?
Desde las filosofías orientales, se dice que el ego nos lleva a los apegos, lo cual se traduce en sufrimiento. Esto, porque todos tenemos necesidades, deseos, sentimientos y pensamientos, las cuales muchas veces nos llevan a enaltecer nuestras cualidades personales por sobre cualquier otra.
Así, muchas veces se dice que el ego es una ilusión que opera a nivel personal, ya que solo nos aporta sufrimiento y dolor al no ver satisfechas esas necesidades y deseos personales. Al buscar darles un espacio, es que nos alejamos de nosotros e impide encontrarnos.
Una propuesta para superar ese sufrimiento es el nivel transpersonal del ego, donde nos encontramos con la colectividad y los otros, donde se actúa desde una comunidad y con la responsabilidad social. Para alcanzarla hay que tener una mirada que no sea únicamente de las necesidades, la del ser agitado por los deseos, de sus emociones y tampoco del intelecto, ya que desde esos lugares existe un egoísmo y se vuelven aspectos negativos.
¿Cuáles son los 4 planos en que nos afecta el ego?
El ego se puede manifestar en cuatro planos de las personas, donde nos afecta de distinta manera. Sin embargo, ello también depende del nivel de operación, donde un nivel personal puede estar mal aspectado, ya que nos tiene cerca del sufrimiento. Aquí conocerás ese ego y sus aspiraciones a nivel personal y transpersonal.
En este plano, a nivel personal, la persona manifiesta su ego en una aspiración a la inmortalidad y a la eterna juventud, creyéndose invulnerable. Confía muchas veces en la abundancia y la riqueza, por lo cual captan toda su atención.
A nivel transpersonal, el ego corporal acepta la enfermedad, la vejez y la muerte, aceptando con humildad su condición humana. La edad es una percepción cultural, y toma las enfermedades como una enseñanza más profunda que exige tomar consciencia de los conflictos internos.
En el plano del nivel personal, el ego sexual y creativo se manifiesta de manera posesiva y egocéntrica, aspirando a ser el mejor amante, mejor artista, mejor curandero y no tener competencia. Es un buscador de la satisfacción y de la victoria rápida y aplastante.
En un nivel transpersonal, aprende que su apetito tiene límites, y que los procesos creativos son actos colaborativos, entendiendo que simplemente es un canal a través del cual fluye energía creativa, la cual se plasma en el arte o el sexo, como señal de conexión con lo divino.
El nivel personal, el ego desde el plano emocional exige exclusividad de ser amado y para amar, confundiendo el amor con la posesión.
Desde un nivel transpersonal, logra comprender que el amor es universal y sabe que el amor es retributivo, donde se da y se recibe. Así, se ama sin posesiones ni fronteras.
A nivel personal, el ego desea explicarlo y controlarlo todo, quedándose aferrado a sus creencias y opiniones, temiendo profundamente a la locura, actuando con mucha frigidez.
Cuando se manifiesta a nivel transpersonal, este plano intelectual del ego aprende a callar y escuchar, dando el salto de creer a conocer, captando la sabiduría colectiva por sobre las ambiciones personales.