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Los diversos movimientos planetarios en el cielo se denominan como tránsitos astrológicos y estos pueden darse por el ingreso de ellos en los signos zodiacales o cuando se producen aspectos entre dos o más cuerpos celestes. De estos últimos hablaremos hoy, puesto que Venus hace una oposición con Neptuno.
Cabe destacar que la Astrología utiliza estos tránsitos para conocer la energía de un tiempo específico, por eso son la base para construir el horóscopo tradicional y se han vuelto una gran guía para el trabajo personal.
¿De qué habla Venus, Neptuno y una oposición entre ellos?
Para poder sacar conclusiones es necesario entender de qué se trata cada planeta involucrado en el aspecto que se está dando. Venus es un planeta que tiene que ver con el placer, el amor, el autoestima y lo que queremos en una relación, mientras que Neptuno hace referencia a la magia y la fantasía ya que este planeta pareciera no tener bordes ni límites, es por esto que puede provocar confusión, ilusiones, pero también mucha empatía.
Por otro lado, una oposición es el aspecto o configuración de dos astros que se encuentran, en relación a la Tierra, en dos puntos del cielo diametralmente opuestos. En el período de la oposición el Sol, la Tierra y el planeta se ubican aproximadamente a lo largo de una línea recta y en el orden mencionado.
Venus oposición Neptuno: ¿Qué pasa en nuestras relaciones durante este tránsito astrológico?
Un aspecto inarmónico por el tránsito Venus/Neptuno significa una tensión que puede ser motivadora, si así lo deseamos, de las energías en las relaciones. Esto significa que en nuestros vínculos durante estos días podemos experimentar ciertas confusiones o nebulosas y que se haga presente cuánto podemos estarnos perdiendo en ellas por idealizaciones o evasión propia.
Esta sensación de confusión puede hacernos ver qué tan sanas están siendo nuestras relaciones, puesto que este aspecto se da en el eje Virgo y Piscis, uno que apunta a la sanación física y también emocional. Por eso un buen consejo es escuchar el cuerpo físico que puede indicar a través de dolores o diferentes sensaciones algo más profundo y sensible.
Pese a que este aspecto astrológico puede desatar sensibilidad o emociones abrumadoras, es importante saber que esto puede verse como la oportunidad de hacer los ajustes necesarios que requieran nuestros vínculos, saliendo de una zona de victimización o evasión de cómo nos sentimos y también revisar si estamos en relaciones que cumplen con nuestros deseos y expectativas sin caer en la crítica o la exigencia.
Es hora de soltar culpas, ir ordenándonos y ser compasivos tanto con nosotros mismos y con nuestra pareja, puesto que de nada sirve quedarse en el conflicto, por lo que sería recomendable usar esta energía para buscar hacernos bien tanto a nosotros mismos y a la otra persona, soltando idealizaciones y exigencias, llamando así a la aceptación y al amor genuino, poniendo límites sanos y amorosos.