Así escapó de Rusia una de las integrantes del grupo punk Pussy Riot, que estaba bajo arresto domiciliario

Maria Alyokhina, mejor conocida como Masha, es miembro del colectivo Pussy Riot, una banda punk que encabezó la protesta con mayor resonancia hasta ahora contra el régimen de Vladimir Putin, presidente de Rusia. En aquel entonces, febrero de 2012, tres de las chicas de este colectivo que ha tenido hasta 20 miembros fueron arrestadas por cantar una canción en la Catedral de Cristo Salvador para pedirle a la virgen María que librara a Rusia de Putin. Una de ellas era Masha.

En entrevista con El país, desde algún lugar de Islandia, Masha cuenta la travesía de cómo pudo huir de Moscú. "Me arrestaron tres días después de que comenzara la guerra con Ucrania. Estuve en un campo de trabajo otra vez. Cuando me soltaron, mis amigos o se habían ido de Rusia o estaban en la cárcel", dijo.

Añadió: "Aquí es todo siempre así de complicado y estúpido. Me han quitado el pasaporte. Estoy aquí gracias a la solidaridad de otros artistas que me han ayudado a escapar de Rusia. Las Pussy Riot existimos por esa solidaridad, con la que construiremos algo más fuerte que las armas”.

Alyokhina, de 33 años, ha sido arrestada en múltiples ocasiones por su activismo. En abril ocurrió uno más. Luego de protestar contra la ofensiva del Kremlin en Ucrania, un tribunal sustituyó su arresto domiciliario por 21 días en un centro penitenciario. Para salir de Moscú, y burlar a la policía que vigilaba su arresto domiciliario, se disfrazó de repartidora de comida.

Primero cruzó Bielorrusia a escondidas hasta llegar a Lituania. Antes de su huida, estaba por cumplir una de sus innumerables condenas por su activismo contra el gobierno. Según contó a "The New York Times", los vigilantes bielorrusos la retuvieron seis horas en su primer intento de cruzar la frontera antes de devolverla a Rusia. Al tercero lo logró, y dentro del país le entregaron un documento de viaje que le facilitó la llegada a un país europeo gracias a la mediación del artista islandés Ragnar Kjartansson.

Desde que llegó a Islandia, Aliójina ha continuado con su activismo. Ahora se encuentra en la lista de "Se busca" del gobierno de Putin.