Fue hace más de 50 años que la voluptuosa y glamorosa Marilyn Monroe visitó México sin esperar que ahí encontraría uno de sus grandes amores.
En su viaje, realizado en febrero de 1962, Monroe decidió viajar al país latinoamericano para buscar muebles especiales para decorar su casa en Brentwood, California.
Sin embargo, a su regreso a Los Ángeles todos los tabloides decían la misma cosa: “Marilyn y su tórrido romance con José Bolaños”, a quien describían como un playboy.
Según el escritor Xavier Navaza autor del libro “El último amante de Marilyn” ambos se conocieron en una tienda de decoración e hicieron click de manera inmediata.
“En esos días Marilyn salía todas las noches a divertirse y bebía muchísimo y, de hecho, muere meses después porque estaba hundida, y es en esa fase de abismo donde se desarrolla aquella estancia en México y su romance con Bolaños”, se lee en el libro.
Durante su viaje a México, Marilyn no solo se enamoró, sino que también disfrutó al máximo.
La guapa estadounidense fue vista comiendo en un famoso restaurante de esa época llamado “El taquito”, se dio una escapada a Cuernavaca y hasta dijo en una conferencia de prensa que seguía con esperanza de encontrar el amor.
“De ninguna manera. Todavía no pierdo la esperanza de encontrar la felicidad”, dijo al ser cuestionada sobre sus matrimonios fallidos.
Por otro lado, José Bolaños decidió nunca hablar de su romance: “Aunque le llamaron varias veces de Estados Unidos para que lo hiciera, siempre mantuvo silencio, incluso cuando se mencionó que entre las últimas llamadas que la actriz realizó el día de su muerte, una era a Pepe Bolaños”.