Para muchos, hablar de exorcismos y posesiones demoniacas es fantasía, historias dignas de películas de Hollywood. Sin embargo, muchas veces la realidad super a la ficción, ya que hay muchos casos en los que sucesos paranormales inexplicables han sido captados en videos y documentados en libros y otros registros.
Aunque mucho se habla respecto de que el diablo puede, a través de sus artimañas, hacer posesión de las personas, doblegando nuestras almas y usando nuestro cuerpo para su propios fines, poco se sabe sobre cómo identificar si se es víctima de los ataques que este ser maligno puede hacer.
Por ello es que un reconocido sacerdote se dedicó a la difusión de la posesión de los espíritus demoniacos en los seres humanos. Su nombre era Gabriele Amorth, y fue el fundador de la Asociación Internacional de Exorcistas. Este cura italiano definió en 10 puntos la manera de identificar si una de estas entidades nos está atacando o no.
Estas son las 10 cosas que indican el ataque de un demonio a los seres humanos
Tan solo uno de ellos es suficiente para requerir protección al respecto, por lo que si identificas más de uno probablemente se requiera de mayor preparación para hacerle frente a esta entidad.
Muchas veces se toma como uno de los primeros síntomas de estar siendo víctima del poder de una de estas entidades demoniacas. Más allá que un dolor de cabeza, muchas veces son marcas violentas, como hematomas o rasguños que no tienen un razón de origen.
Esto se corresponde con la posesión demoniaca, donde el espíritu toma el cuerpo y la racionalidad de la persona, usando sin consentimiento el cuerpo de la víctima y actuando a través de ella.
Se corresponde con la opresión diabólica, la cual hace referencia a eventos que la persona tiene en los cuales no hay posesión ni control sobre el cuerpo, solo actos que no se corresponden con lo habitual del alma doblegada.
Son pensamientos y ataques repentinos en los cuales un individuo se ve sumergido en estados de desesperación y carente de voluntad propia, los cuales son producidos por el diablo.
El diablo reina sobre lo material, por lo cual no es extraño que se manifieste no solo a través de una persona, ya que también lo hace a través de objetos y animales. A través de esto, las cosas se mueven solas, así como se producen olores y ruidos totalmente ajenos al lugar en el cual se perciben.
Hace referencia a un sometimiento voluntario del individuo, a través del cual le deja actuar a través de su cuerpo a las entidades demoniacas con las cuales convive.
Ya sea a través de rituales o misas, la persona se compromete a ser un siervo y divulgador de las prácticas diabólicas, por lo cual estos hechos le son comunes en su vida.
Ya sea que las dan o reciben, todas invocan el mal y muchas veces se cumplen a través del trabajo de alguna de las entidades demoniacas que se empeñan en perjudicar a las personas.
Al igual que las maldiciones, son afecciones que ocurren contra determinada persona. Sin embargo, para esto solo basta el desear el mal y mirar al individuo, invocando esta energía a entidades demoniacas que cumplan el cometido.
A diferencia de los rituales y maldiciones, estas prácticas consisten en emplear elementos que persigan determinado fin, el cual es dado por la persona que los realiza, en conjunto con los demonios que actúan como aliados para esos fines.