Celebridades

El rey Carlos III, se cuenta en libro, es muy susceptible a quienes le dicen "te están frenando"

En Courtiers: the Hidden Power Behind the Crown", Valentine Low cuenta sobre la intensidad de Carlos con sus colaboradores

El rey Carlos III es un jefe exigente. "Nunca está satisfecho consigo mismo, o con lo que ha logrado. La gente a su alrededor tiene que trabajar duro para mantenerse al día. Tenía una resistencia enorme", dijo un exmiembro de su casa según se cuenta en el libro próximo a publicarse "Courtiers: the Hidden Power Behind the Crown", de Valentine Low.

“Era exigente porque siempre está trabajando. Siete días a la semana. Nunca para. En cualquier momento puede querer llamarte por algo. Trabajando en sus cajas, en sus ideas, en sus papeles. El ritmo es bastante intenso”, dijo otro citado por el autor en la misma publicación.

En un extracto del libro publicado por el diario británico The Times, del que Low es colaborador, se habla de la intensidad del hijo de la reina Isabel.

El autor cuenta: "En el espacio de unos siete años, Carlos tuvo cinco secretarios privados diferentes. Ascenso, preferencia, quién está dentro, quién está fuera: no es de extrañar que la casa de Charles haya sido comparada con Wolf Hall".

Añade: "Cualquiera que trabajara para el príncipe Carlos tenía que enfrentarse a dos dificultades clave. Una fue la traición interna. El otro era cómo lidiar con las útiles sugerencias hechas por todos los asesores externos con los que Carlos también había hablado. A lo largo de los años, ha habido decenas de ellos, susurrándole al oído sus pensamientos sobre arquitectura, medicina alternativa, negocios, agricultura orgánica, vivienda, psicoanálisis junguiano, arte islámico, selvas tropicales, círculos de cultivos y los medios de comunicación.

"Cuando tenía veinte años, Carlos estuvo bajo la influencia de Laurens van der Post, el escritor, explorador y místico nacido en Sudáfrica, quien una vez le escribió una carta en la que describía cómo podía transformar la monarquía para que se adaptara a una nueva visión de la sociedad que restauraría al individuo como un 'aspecto natural perdido' del espíritu humano".

Sin embargo, cuenta el autor, "Carlos no siempre fue un buen juez de quién debería tener su oído. Jimmy Savile, el locutor y recaudador de fondos de caridad que, después de su muerte, se reveló como un abusador sexual en serie, escribió un manual para Charles sobre cómo la familia real debería tratar con los medios después de grandes desastres. Carlos pasó sus consejos al duque de Edimburgo, quien a su vez se los mostró a la reina".

Low cuenta que un exmiembro del personal de Charles dijo que el efecto más pernicioso de sus asesores externos fue la forma en que sugirieron que su equipo habitual no estaba haciendo un buen trabajo. "El príncipe es bastante susceptible a las nuevas voces que le dicen: 'Te impiden hacer lo que quieres hacer. Lo están frenando, los trajes'. Le encanta cuando alguien dice: 'Oh, se equivocaron, señor, escúcheme. Puedo verlo mejor; Estoy fuera de esto". El príncipe cae bajo el hechizo de la gente. Eso podría conducir a problemas reales para las personas".

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