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Relaciones Kármicas: ¿Qué son, cómo funcionan y cómo pueden superarse?

Conoce más acerca de estas fuertes conexiones que vienen de vidas pasadas y que buscan hacernos aprender lecciones para nuestra evolución.

Hay relaciones que marcan profundamente nuestras vidas y, según la espiritualidad, podría deberse a un acuerdo que se hizo antes de encarnar. Estos acuerdos pueden influir de una manera significativa en la manera que tenemos de relacionarnos y con quienes lo hacemos también.

El karma ha sido conocido durante un largo tiempo lleno de connotaciones negativas y también visto como una especie de "castigo", pero es un concepto mucho más profundo, ya que "karma" es más bien un sinónimo de aprendizaje e indicaría la evolución de nuestra alma. 

Dicho esto es preciso entender que cada persona es como si tuviera su propia lista de karmas o aprendizajes que debe integrar para poder ir evolucionando. Esto dependerá muchas veces de las personas con las que se irán encontrando ya que generalmente nos relacionamos con personas que estén en la misma sincronía.

¿Cómo funcionan las relaciones kármicas?

Las relaciones kármicas son más frecuentes de lo que se piensa, ya que se refieren a vínculos que llegan a nuestra vida para hacernos crecer y evolucionar tanto a nosotros mismos como a la otra persona involucrada.

Hay quienes aseguran que estas conexiones pueden venir incluso de vidas pasadas, ya que su objetivo principal es sanar y saldar algunos desequilibrios de actos basados en el ego, los celos, la envidia, la posesividad y algunas otras carencias.

¿Cómo son las relaciones kármicas?

Las relaciones kármicas se caracterizan por ser confusas, adictivas y es su magnetismo al igual que las emociones intensas que se experimentan, lo que hace que cueste salir de ellas, ya que ellas tienden a basarse en el miedo o a las carencias que son muchas veces controladas por esas sensaciones antes que por el amor.

Siendo los principales capitanes el miedo a perder a la persona, miedo a ser traicionado, a ser abandonado, a ser reemplazado o a no ser visto, entre otros temores que pueden aparecer y manejar el timón de la relación. Lo que hace que se cree dependencia emocional, apegos insanos y muchas veces provoca que se vivan situaciones dolorosas, pero que por otra parte, cueste mucho moverse de ellas.

¿Cómo se pueden transformar o superar las relaciones kármicas?

La clave más importante para transformar nuestras relaciones kármicas o superarlas es hacernos cargos de nosotros mismos y nuestros aprendizajes, ya que a pesar de que todos estamos acá para aprender hay veces en que resulta más cómodo seguir culpando al de al lado, lo que nos lleva enseguida a la dependencia de un otro.

El camino del autoconocimiento e integrar aprendizajes se puede lograr a través de distintas vías terapéuticas que pueden ir devolviendo nuestra atención a nosotros mismos y enfrentar nuestras carencias para que así no las proyectemos en nuestras relaciones.

También es importante entender que no estamos predestinados a sufrir, ni a repetir patrones que no queramos en nuestras relaciones, solo lo haremos hasta que hayamos aprendido lo que las situaciones y relaciones quieran enseñarle a nuestra alma.

Es más, cuando sanamos y hacemos el aprendizaje correspondiente, nuestra manera de actuar cambia, las cargas y culpas van desapareciendo y es gracias a eso que podemos añadir diferentes perspectivas que no podíamos ver por el dolor e inseguridades que estábamos cargando.

Si buscamos el lado positivo de las relaciones kármicas, sin romantizarlas, podemos encontrarnos con experiencias o conexiones que nos llevan a saltos evolutivos de aprendizaje y que nos hacen crecer álmicamente. 

Y tú ¿crees que has tenido alguna relación kármica?

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