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¿Pecados capitales? Descubre qué demonios están asociados a estas pecados imperdonables

Desde que somos muy pequeños nos enseñaron que en el mundo existe el bien y el mal. El primero por obra y gracia de Dios y el segundo por la representación del diablodemonio.

Si bien actualmente esta idea de lo correcto versus lo malo ha cambiado, y la línea se ha difuminado, esto no ha impedido del todo que aún mucha gente siga creyendo que el mal se puede representar en más de un demonio. 

Si nos remontamos a la Iglesia Católica del siglo V, esta hizo una clasificación de diferentes vicios, para que los creyentes tuvieran una idea clara de lo que es la moral de su religión. De esa forma, creó demonios para los siete pecados capitales, para así ponerle un rostro al mal.

¿Pecados capitales? Descubre qué demonios están asociados a estas pecados imperdonables 

El pecado constituye un desviamiento de la conducta humana "correcta" bajo los preceptos de la Iglesia Católica. De allí, surge la importancia de los ya conocidos pecados capitales, que en palabras de John Bossy, teólogo alemán del siglo XVI, son "la expresión de una ética social y comunitaria con la cual la Iglesia Católica trató, en su momento, de contener la violencia en la sociedad medieval".

A continuación te dejaremos los nombres y características de los siete demonios que son rostros de los siete Pecados Capitales.

La lujuria es un pecado capital porque produce pensamientos excesivos de tipo sexual o deseos incontrolables de actos sexuales.

El mito cuenta que este demonio se enamoró profundamente de Sara, una joven muy hermosa, por lo que cada vez que ella se casaba, Asomodeo asesinaba al marido en la noche de bodas. Así sucede hasta que un joven prometido, llamado Tobías, le pide al arcángel Rafael, uno de los 7 arcángeles, que le cuente cómo deshacerse de Asomodeo.

El arcángel le respondió que se puede deshacer de él al quemar el corazón o el hígado de un pez en frente del hombre o mujer que haya sido atacado por un demonio o espíritu maligno. Finalmente y gracias al rito, Tobías logró liberarse de Asomodeo.

La habilidad de Belfegor, radica en su astucia para seducir a las personas para que elijan la forma más sencilla de obtener beneficios y riquezas.

La imagen popular con la que se representa a Belfegor es el de una mujer de absoluta belleza o la de un hombre fuerte y musculoso con una gran barba. No obstante, existe otra descripción física de Belfegor, en la que algunos escritos lo identifican como un demonio con aspecto atlético, con cuernos de carnero y que, cuando tiene un aspecto humano, cambia sus pies de patas de lobo por unas muy largas.

De los 7 demonios de los pecados capitales, el de la gula es el único que intentó enfrentar a satanás, aunque no lo logró. Belcebú deriva etimológicamente de Ba'al Svuv, que significa el señor de las moscas, nombre que utilizaban los hebreos para burlarse de las ofrendas cárnicas que usaban otras religiones y se llenaban de moscas.

Belcebú puede tomar diferentes formas. En algunos casos, es descrito como un personaje gigante, de rostro gordo y coronado con una cinta de fuego, peludo y con alas de murciélago. En otros, en cambio, lo describen como un hombre de tres cabezas y con largas patas de araña.

Se dice que Amon es uno de los demonios principales, aquel con la capacidad de comandar 40 legiones de demonios. También se sabe que no hay una alusión directa con la Biblia y que no está muy claro el por qué de su relación con la ira.

Se le relaciona con el conocimiento del pasado y el futuro. Es el único de los 7 demonios capitales que ha sido inspirado por uno de los dioses del Antiguo Egipto. Se dice también, que Amon es un hombre con rostro de lobo y cola de serpiente que arroja fuego por la boca. A él se le atribuyen los actos del homicidio, asalto, discriminación y genocidio.

Se asocia con Satán o el Diablo. La Biblia dice que es una bestia marina que fue creada por Dios, y algunos llegan a tener la teoría de que es la reencarnación de la serpiente que aparece en la historia de Adán y Eva.

El término Leviatán ha sido utilizado en numerosas ocasiones como sinónimo de gran monstruo. Y, como dato curioso, se dice que Santo Tomás de Aquino fue quien propuso al Leviatán como representación fidedigna del pecado de la envidia.

Mammón es una palabra hebrea, puede traducirse como dinero, tesoro o riqueza, por lo que no es de extrañar su relación con la envidia. La principal referencia al demonio Mammón la encontramos en la Biblia, específicamente en Mateo, 6, 24. En este pasaje se lee: "no podéis servir a Dios y a Mammón". 

Además de esto, se dice que Mammón es hijo de Lucifer y, de la misma manera, gran príncipe de los infiernos.

Lucifer es uno de los demonios más conocidos, era aquel ángel que estaba dotado de gran belleza y sabiduría, que fue expulsado del cielo por su tremenda soberbia, siendo arrojado por el propio Dios a los infiernos y convirtiéndose en Satanás.

Este ángel caído fue quien cometió el primer y único pecado original: querer ser igual a Dios. De esta manera, se dice que la vanidad, la prepotencia y los aires de superioridad son las formas más comunes en las que se representa a este demonio.

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