Desde la antigüedad, se han utilizado diversas herramientas para ver el designio del futuro, como el Tarot, los astros y muchos otros. Los libros también se han empleado con fines adivinatorios, en la práctica conocida como bibliomancia, que utiliza las páginas de los libros para tener un consejo o dar respuesta a las dudas que se tengan.
Aunque fue muy popular en el imperio Romano, donde era consultado por letrados y quienes discutían largamente la interpretación del texto, el apogeo se vivió en la Edad Media, donde en Europa y Oriente se empleaba por medio de los libros religiosos.
Sin embargo, quienes estaban más lejos de la religión también buscaban respuestas, recurriendo a libros como la Eneida de Virgilio o los textos de Homero, pero nadie era ajeno a las predicciones que los libros ofrecían y que ha sobrevivido hasta nuestros días, aunque actualmente muchos la desconocen.
¿Qué es la Bibliomancia?
La Bibliomacia, etimológicamente, hace referencia a "adivinar por medio de los libros", utilizando así como oráculo los textos disponibles en alguna biblioteca. Para ello, alguien se desempeña como el intérprete del párrafo o texto que responde a la consulta realizada.
¿Cómo se practica la Bibliomancia?
Existen diversos métodos que se han empleado, pero por lo general se requiere de que alguien sea el lector e intérprete del texto que responderá a la consulta que se busca resolver. En sus orígenes, se solía disponer un libro abierto a la intemperie para que el viento dispusiera de una hoja que contestara a la consulta.
En la actualidad, no existe uniformidad, así que cada interprete lo emplea de la manera que más desea. Algunos piden una página a quien hace la pregunta, otros detienen el libro en una página al azar e incluso hay quienes dejan caer el libro y la hoja señalada es la que se interpreta.
Para ello no solo se recurre a libros sagrados. Si bien se pueden emplear, quienes ejercen esta disciplina suelen tener libros predilectos para ejercer esta mancia, otros tienen una biblioteca y piden de ahí al consultante elegir un libro y, en casos más sorprendentes, solo se dejan guiar por la intuición.