Celebridades

Linda Evangelista se desfigura el rostro tras someterse a procedimiento estético

La exsupermodelo reveló, a través de su cuenta de Instagram, la crisis emocional por la que atraviesa

Linda Evangelista reveló que durante mucho tiempo se ha mantenido alejada de la vida pública para ocultar las secuelas que le dejó un procedimiento estético al que se sometió y no pensó que pudiera ser invasivo.

"Hoy he dado un gran paso para corregir un mal que he sufrido y que me he guardado durante más de cinco años. A mis seguidores que se han preguntado por qué no he estado trabajando mientras las carreras de mis compañeras han seguido prosperando, la razón es que fui brutalmente desfigurada por el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, que hizo lo contrario de lo que prometía", explicó en un amplio comunicado.

El tratamiento que menciona, se utiliza para eliminar la grasa localizada sin necesidad de pasar por el quirófano, pues se recurre a una tecnología de enfriamiento, conocida como criolipólisis.

"Me dejaron permanentemente deformada"

Sin embargo, la exsupermodelo canadiense, que saltó a la fama en la década de los 90, adornando pasarelas y portadas de revistas, dijo que, a sus 56 años, el efecto fue contrario, ya que las células grasas aumentaron y la dejaron "permanentemente deformada", incluso después de someterse a dos intervenciones correctivas que define como "dolorosas e infructuosas".

Linda también desarrolló hiperplasia adiposa paradójica (HAP), un "efecto secundario muy raro, pero grave" del proceso de congelación de la grasa sobre el que, asegura, nadie le advirtió.

Ha vivido un calvario 

Relató que desde entonces, ha vivido un calvario para superar los titulares en medios que se refieren a ella con respecto al cambio drástico en su rostro.

Mencionó que ya emprendió acciones legales en contra de la compañía Zeltiq, que comercializa y licencia los dispositivos utilizados para los procedimientos de criolipólisis.

"Me ha dejado, como han descrito los medios de comunicación, 'irreconocible'. La HAP no solo ha destruido mi medio de vida, me ha sumido en un ciclo de profunda depresión y tristeza, y de odio a mí misma. En el proceso, me he convertido en una reclusa. Con esta demanda, estoy avanzando para librarme de mi vergüenza y hacer pública mi historia", concluyó.

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