El servicio anual del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster previsto para la próxima semana se llevará a cabo sin la presencia de la Reina Isabel II, quien será representada por el Príncipe de Gales en este acto.
"Después de discutir los arreglos con la Casa Real, la Reina le pidió al Príncipe de Gales que represente a Su Majestad en el Servicio de la Commonwealth en la Abadía de Westminster el lunes", informó el Palacio de Buckingham en un comunicado.
Aunque en este acto no estará la monarca, que este año celebra su Jubileo de Platino, la próxima semana sí continuará con otros compromisos ya planificados, incluidas las audiencias en persona.
"Como estaba previsto, asistirán al servicio el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles, el Duque y la Duquesa de Cambridge y la Princesa Alexandra. El Duque y la Duquesa de Gloucester ya no asistirán, luego de la prueba positiva del Duque por covid. El mensaje del Día de la Commonwealth de la Reina se distribuirá de la manera habitual", indica el comunicado.
El Servicio del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster es uno de los eventos públicos más importantes del calendario real, ya que los miembros de la familia, incluidos el príncipe Carlos, Camilla, la duquesa de Cornualles, el príncipe William y Kate Middleton, suelen asistir.
La reina se ha perdido el Servicio de la Commonwealth en 2013, cuando se vio obligada a cancelar su aparición debido a una enfermedad.
A lo largo del reinado de 70 años de la reina Isabel, la Commonwealth ha crecido de siete a 54 países miembros. Durante este tiempo, la reina realizó más de 200 visitas a países de la Commonwealth y los visitó todos, excepto Camerún, que se unió en 1995, y Ruanda, que se unió en 2009).
La reunión tradicional del Día de la Commonwealth se canceló en 2021 debido a la pandemia de coronavirus y se reemplazó por un evento más pequeño. Así que en 2020, este evento fue uno de los últimos que reunió a la familia real antes de que la pandemia provocara medidas de cierre.
En ese año, también fue muy significativo, pues fue la última aparición conjunta de Meghan Markle y el príncipe Harry con la familia antes de que abandonaran sus puestos como miembros de la realeza y se mudaran a California.
