Disney ha perdido el derecho a gobernar su parque temático de Florida, lo que ha provocado un enfrentamiento legal entre el estado de Florida y la empresa. La Cámara de Representantes de ese estado, de mayoría republicana, acordó desmantelar su estatus especial después de 56 años.
Esto quiere decir que fue abolido el Reedy Creek Improvement District. Este organismo, fundado por el mismo Walt Disney en 1967, era el encargado de administrar la infraestructura dentro del parque, lo que incluía los servicios públicos, una estación de bomberos y hasta la regulación de su propia construcción. Pero ahora todo eso fue transferido a las autoridades del gobierno local.
Los demócratas calificaron esta acción como una represalia por la oposición de Disney a la legislación estatal "No digas gay", que limita la discusión sobre identidad de género y orientación sexual en las escuelas.
"Si Disney quiere pelear, eligieron al tipo equivocado. Como gobernador, fui elegido para poner primero a la gente de Florida y no permitiré que una corporación con sede en California dirija nuestro estado", dijo Ron DeSantis, gobernador de Florida, en un correo electrónico de recaudación de fondos políticos recogido por el diario británico "The Times".
El mismo diario citó a Carlos Guillermo Smith, congresista estatal demócrata: "Estamos sacando el tapete de la economía central de Florida porque una empresa tuvo el descaro de defender a la comunidad LGBTQ", dijo. Mientras que Randy Fine, uno de los republicanos promotores de la legislación, dijo que su intención era recordar a los jefes de Disney que "consideren cómo se comportan".
Siguiendo a "The Times", Oxford Economics señaló que en 2019 Disney generó un impacto económico de $75,200 millones de dólares en Florida, $5,800 millones adicionales en ingresos fiscales estatales y 436,000 puestos de trabajo.