
Daniel Fuenzalida fue el último invitado al podcast Mamá por Siempre de la animadora María Luisa Godoy, donde estuvo conversando de su vida y su más reciente polémica tras el sorpresivo quiebre del “¿Cómo Están los Weones?“, espacio que lideraba junto a Rosario Bravo y que terminó en medio de la controversia, cuando la influencer lo acusó de haberse apropiado de los derechos de autor y de las ganancias del programa.
A ello además se sumaron otras acusaciones relacionadas a la inscripción de dominios web y marcas de distintos rubros, principalmente del ámbito del espectáculo, que lo mantuvieron en el ojo del huracán hasta hace un par de semanas.
“Por primera vez tuve miedo con este último episodio, que no es duelo ni mucho menos, pero que sí son situaciones que a uno lo complican. No es que se te pase por la mente volver a tomar, pero uno ha tenido esta etapa de adicto que uno sabe cómo sanar o cómo hacer más llevadero un dolor”, confesó.

“Ando como con pánico”: Los difíciles días de Daniel Fuenzalida tras polémica de “¿Cómo Están Los Hueones?
Y es que no fueron semanas fáciles para el animador del Ahora Caigo, quien subió recientemente un video explicando detalladamente, punto por punto, cómo se tramitó la devolución de los derechos y del dinero que adeudaba a la que fuera su compañera en el espacio digital.
Al respecto, hoy en día el ex-Huevo lo único que pide es equilibrio. “Quiero volver a mis días de felicidad. He sentido mucho, mucho miedo al qué dirán y eso no es un miedo, es pánico. Yo de verdad que ando como con pánico”.
La relación de Daniel Fuenzalida con su hija Ignacia: “Yo puedo dejar cualquier otra cosa por ella”
En el espacio, Daniel Fuenzalida también habló de la relación con su hija, Ignacia, señalando que le gustaría que lo recuerde “como una persona buena. Como yo recuerdo a mi papá. Si eso yo lo puedo traspasar y si así me recordara la Ignacia, yo sería muy feliz", reveló entre lágrimas en el programa de María Luisa Godoy.
Allí, recordó también cómo comenzó a formar ese vínculo con la joven cuando ella solo tenía tres años, y en medio de sus problemas de adicción. “Yo pensaba que lo estaba haciendo bien, pero no lo estaba haciendo nada de bien, pues obviamente yo estaba en un estado que no estaba consciente. Fue bien complicado. Muy, muy complicado, pero yo siempre luché para poder verla y poder estar presente”, confesó.
Hoy en día, aunque tienen una excelente relación padre-hija que dejan ver a menudo en redes sociales, el mayor desafío de su paternidad es mantener esa buena comunicación con ella.
“Yo sé que ella puede contar conmigo, pero llegar a mí en términos comunicacionales, que ella me pueda traspasar lo que siente o lo que o lo que le pasa. Lo mejor de (ser) papá es como realmente saber lo que necesita, escucharla y de que yo puedo dejar cualquier otra cosa por ella”, concluyó al respecto.