El 1 de febrero de 1990 en España, en la comuna de Albayzín, ocurrió uno de los sucesos más impactantes y trágicos de la historia reciente de Granada, se trata del denominado "Exorcismo del Albayzín".
La protagonista de esta historia fue Encarnación Guardia Moreno, quien sufrió un exorcismo voluntario que la llevó a la muerte después de varias horas de interminable sufrimiento.
Esta mujer pasó ocho años en Francia trabajando en un hotel, tiempo en que se relacionó con el propietario del recinto con prácticas espiritistas y de magia negra. En aquellos rituales se producían orgías y fiestas interminables que finalizaban en la desmemoria total de los participantes.
Fue en una de estas veladas que Encarnación creyó haber quedado embarazada, por lo que decidió regresar a Granada junto a su familia, la que había iniciado también en el mundo del espiritismo, con el fin de comunicarse con un primo que había fallecido recientemente de leucemia.
Fue entonces que, en el transcurso de una de estas sesiones, la protagonista de la historia cae en una especie de trance o delirio en el que asegura que tiene el demonio en el cuerpo, pidiendo a sus primas, Enriqueta e Isabel, y al curandero Mariano, que la ayudasen a eliminar de su cuerpo al hijo de demonio.
¿Real o mito? El extraño exorcismo que terminó en la muerte de una joven en Granada
Luego de lo anterior, todo se dispuso para hacer un exorcismo casero. Primero, se le dio de beber a Encarnación una solución a base de vinagre y sal en altísimas cantidades. Con cada ingestión se producían en su cuerpo espasmos y vómitos, como los de la película El Exorcista.
Pese a lo anterior, las primas de la joven consideraron que esto aún no era suficiente, entonces decidieron golpearla y atarla mientras gritaban frases para ahuyentar al demonio que estaba dentro de su cuerpo.
La locura se desató cuando, tras horas amarrada, decidieron introducir agua caliente y objetos dentro de sus genitales, para extraerle los intestinos y así desprender del interior de su cuerpo el engendro de Satanás.
Tras casi un día entero siguiendo la misma dinámica de acción, a la puerta de la casa de las primas tocó una de las hermanas de Encarnación, quienes tras la no respuesta de los llamados decidió regresar a casa y contar a su padre lo sucedido.
Padre e hijas decidieron emprender rápidamente camino al lugar de los hechos, encontrándose con una escena monstruosa de la víctima con el cuerpo desnudo y amoratado en medio de un gran charco de sangre.
Fue tanto el impacto, que no dudaron en llamar de inmediato una ambulancia que trasladó a Encarnación al hospital Ruiz de Alda de Granada, ingresando en la Unidad de Cuidados Intensivos. Pero fue demasiado tarde, pues falleció al día siguiente de un edema cerebral producido por una gran ingestión masiva de sodio, que había dañado su sistema nervioso de forma irreversible.
¿Cómo siguió la historia en la justicia?
Los acusados son detenidos y el 15 de enero de 1992 se produce el juicio con las declaraciones de ellos. Hay una diversidad y disparidad en las versiones de los hechos, pero se señala que al curandero Mariano como la persona que realizó el exorcismo a petición de los familiares de la víctima.
La Audiencia Provincial de Granada pidió un total de 5 años de prisión para los inculpados, por delito de lesiones por un lado y de imprudencia temeraria por otro. Pero este caso no queda aquí, pues el médico forense que asumió el caso, Manuel García Blázquez, efectuó la autopsia al cadáver de Encarnación, donde da cuenta de todos los hechos que rodearon este caso macabro.
En el análisis forense dictaminó "que tenía los músculos del cuello aflojados hasta el límite, como si su cabeza girase en redondo 360 grados". Los forenses iban haciendo fotografías que avalaban los hallazgos del doctor García y los otros especialistas.
Esas imágenes fueron mandadas a revelar, pero el resultado obtenido en las instantáneas no fue el esperado, pues inexplicablemente la mayoría de éstas aparecían veladas, y las que habían logrado imprimir estaban tan borrosas y distorsionadas que no resultaban válidas. Estos sucesos abrieron la duda: ¿Realmente Encarnación estaba endemoniada?
