Los tránsitos astrológicos son aquellos que hablan del movimiento de los planetas o puntos matemáticos en el cielo y de los contactos que hacen entre ellos. Este 1 de septiembre ya se vive uno importante y removedor: Lilith en cuadratura a Quirón.
Primero que todo, es fundamental decir que de este tipo de posiciones es que la Astrología puede predecir y dar con el horóscopo, por lo que leer de qué se tratan nos puede dar mayores luces de qué pasa con nosotros en determinados días.
En este caso, cabe destacar que Quirón es un asteroide conocido como "el sanador herido", ya que habla de aquellos dolores que tenemos en la vida y que difícilmente pueden sanar, pero que se atenúan cuando se entregan como dones a los demás.
Lilith, por su parte, es un punto matemático de la Luna, que tiene que ver con la rebeldía y la propia nutrición, ese punto en el que nos ponemos primeros y del que también puede salir mucha acción.
Por otro lado, la cuadratura es un aspecto astrológico desafiante, en el que ambas energías chocan y son distantes entre sí. Una explicación simple puede ser verla como el choque de autos en una esquina. Entonces, ¿cómo se resume todo esto?
Lilith cuadratura a Quirón: ¿Qué pasa estos días con la violencia y el dolor?
Durante estos días es probable que salgan a la luz muchas heridas y dolores que tengan relación con nuestra personalidad y carisma. Eso nos puede llevar a mucha angustia y desesperación, puesto que la vida desde los ojos de Lilith y Quirón muchas veces puede ser cruda.
Es importante que no nos resistamos a la crisis, y que podamos verlo como un proceso de renacer. La Luna en Escorpio de estos días ayuda para lo mismo, poder entender esto como un proceso de regeneración en el que se miran las heridas para eventualmente sanar.
No es de extrañar que nos sintamos más violentos y desesperados, porque ese dolor que no se trabaja y no se ha trabajado hace tiempo sale con fuerza y sin dirección.
Lilith está en Cáncer y Quirón en Aries, por lo que las energías que más chocan son las que tienen que ver con la familia y la propia individualidad. De seguro se mostrarán heridas de infancia o situaciones dolorosas que han mermado la independencia, todo esto acompañado de violencia y mucha emoción.
En resumen, es fundamental que durante estos días aprendamos a reconocer aquello que nos duele, pero al mismo tiempo también vivir esto comprendiendo que los demás están en el mismo camino, y que se puede escuchar lo que tienen para decir, ser empáticos y añadir calma a estos procesos, que pueden ser desbordantes y desesperantes a la vez.