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Fue un festejo especial para la Familia Real británica. La celebración de Navidad, por primera vez no fue comandada por la reina Isabel II, quien falleció en septiembre de este año, por lo que el rey Carlos III fue el encargado de liderar el tradicional servicio navideños en Sandringham, el que no contó con la participación de la princesa Anne.
La hermana de la fallecida monarca no fue parte de la caminata hacia la iglesia ubicada en la propiedad de Norfolk, pero tenía una muy buena excusa. Según detalló The Mirror, la princesa real no asistió porque fue víctima de un resfriado.
Una ausencia que llamó la atención, ya que la princesa Anne es considerada como uno de los miembros reales más trabajadores y tan solo este año ha sumado 214 compromisos. Por ello también generó preocupación el hecho de que se ausentara del servicio de villancicos Together at Christmas, el que se realizó el pasado 15 de diciembre en la Abadía de Westminster. Aquella vez, su inasistencia se debió a un problema de agenda.
La tradición del servicio de Navidad en Sandringham
Pese a no asistir al servicio de Navidad en Sandringham, sí fueron en su nombre sus hijos Peter Phillips y Zara Tindall. Ellos se sumaron al rey Carlos III y a la reina consorte Camilla, al príncipe y la princesa de Gales, al conde y la condesa de Wessex y las princesas Beatrice y Eugenie.
El servicio navideño en Sandringham es una tradición que se vio interrumpida por la pandemia del Covid-19. Por ello, había expectación sobre lo que ocurriría tras la misa en la iglesia de Santa María Magdalena.
El rey Carlos II llegó minutos antes de que dieran las 12:00 horas acompañado de su esposa la reina consorte Camilla y seguidos de los príncipes de Gales y sus tres hijos: George, de nueve años, Charlotte, de siete, y Louis, de cuatro.
Posteriormente, la Familia Real disfrutó de un almuerzo en familia con el pavo como plato principal y vieron juntos por televisión el primer mensaje de Navidad de Carlos III, como rey.