Muy pocas personas saben que el esposo de la Reina Isabel, Felipe de Edimburgo, fue inspiración para crear a un príncipe de Disney, y no fue cualquiera, sino al primer príncipe que tuvo diálogos en la película, luchó por el amor de su princesa y además tuvo nombre.
En 1938 cuando Disney estrenó "Blancanieves" se cuenta la historia de una princesa que termina siendo rescatada por un apuesto príncipe encantador, pero si pones atención te darás cuenta que este personaje apenas tiene un par de diálogos y en la película nunca se menciona su nombre, aunque hoy en día es conocido como Florian.
Lo mismo pasó con "Cenicienta", la cinta estrenada en 1951 también tiene a un príncipe encantador sin nombre y con poco diálogos. Sin embargo, todo cambió en 1959, cuando Disney estrenó "La Bella Durmiente", por primera vez el príncipe no sólo tiene nombre sino que además tiene que luchar por el amor de su princesa.
Felipe de Edimburgo inspiró a un príncipe de Disney
Cuando se estrenó "La Bella Durmiente", la Reina Isabel y Felipe tenían 12 años de casados y eres muy famosos en todo el mundo. Muchas fuentes cercanas aseguran que fue en este momento cuando los creativos de Disney se inspiraron en Felipe para darle vida al príncipe de Aurora.
Atractivo, atlético, inteligente y muy varonil, el duque de Edimburgo, además de tener el mismo nombre, contaba con los atributos y la personalidad retratada en el príncipe Felipe, el apuesto amor de la princesa Aurora.
“Él emanaba masculinidad por cada uno de sus poros y era una promesa fuera y dentro de la cama”, asegura Lady Colin Campbell, autora del libro The Queen’s Marriage.
Felipe fue el primer príncipe de Disney al que le crearon una personalidad y una historia, es el que más escenas tiene pues escapa de la prisión, atraviesa campo de espinas y mata un dragón para poder salvar a su amada.