Durante su juventud, Luis Miguel se rodeó de un grupo de amigos con quienes salía de fiesta y de viaje. Se dice que aquellas fiestas se armaban en grande y, Toño Mauri contó una anéctoda que le tocó vivir en una de ellas.
El episodio se suscitó cuando Mauri iniciaba su relación sentimental con Carla Alemán Magnani, quien es su esposa desde 1999. En una de sus primeras citas, acompañó a su entonces novia a recoger a su hermano menor que estaba en casa de “un amigo”, sin imaginar que pronto se vería envuelto en una alocada fiesta.
En entrevista con Yordi Rosado, el actor recordó que "fue nuestra primera salida de salir, y me dice Carla: 'nada más te voy a pedir un favor, tengo que alcanzar a mi hermano a una fiesta antes de regresar porque tengo que regresar con él, por la hora y tal'. Dije 'ay bueno, adelante'".
Señaló que en ese entonces al llegar a la casa "veo salir a un mariachi lleno de pastel con las guitarras rotas y, bueno, mentando madres. La fiesta adentro ha de estar heavy".
Pese a que le dio un poco de incertidumbre entrar, su novia insistió. "Cuando vamos bajando, veo a la gente corriendo por todos lados y veía, ahí en esa época estaba el Burro Van Rankin, y lo veo con un extinguidor atrás de una niña (...) y niñas corriendo y digo '¿qué está pasando ahí dentro?'... resulta que era el cumpleaños de Luis Miguel, era la casa de Luis Miguel, yo no sabía".
Y es que de un momento a otro, la fiesta se convirtió en una "guerra de pastel y de todo, y en ese inter fue cuando entramos Carla y yo. Pero estaba la guerra tan tensa que le dije a Carla 'vamos a escondernos, porque si nos agarran, primero nos van a hacer pedazos y luego, me da miedo porque ya había gritos de pánico'".
La pareja de novios decidió permanecer en la fiesta donde efectivamente se encontraba el hermano de Carla, y junto a ellos un enfiestado Luis Miguel, quien terminó cantando complacencias en plena calle, por lo que la fiesta siguió hasta las seis de la mañana.
"Acabó él cantando en la calle. La gente salía de las casa de al lado (...) llegó otro mariachi después; Luis Miguel era Luis Miguel y la gente salía de las casas de al lado a pedirle canciones a esa hora, a las seis de la mañana, las aplaudían, imagínate, y él feliz cantando", recordó.