Si hay alguien que puede presumir de que la revista como “¡Hola!” sea como su álbum familiar es Tamara Falcó, quien lleva más de cuatro décadas protagonizando las portadas de la llamada “biblia del corazón”.
Pues no hay ningún solo momento en su existencia que no esté documentado en la publicación, que ahora también tendrá la exclusiva de su boda con Íñigo Onieva, que tiene lugar este sábado en la finca El Rincón a las afueras de Madrid.
Y es que, la marquesa de Griñón siempre se refiere a la revista como su álbum familiar, pero no hay que olvidar que también es una importante fuente de ingresos para ella y otros ricos y famosos que gestionan su intimidad como una empresa.
El acuerdo
La novia a cerrado un acuerdo económico con la publicación para que tengan acceso exclusivo a todos los festejos nupciales, un combo que incluye la preboda, la boda en el palacio El Rincón y la luna de miel en el Índico.
Aunque a ciencia cierta nadie ha descubierto la jugosa cantidad que le pagaran a la hermana de Enrique Iglesias por este paquete, lo cierto, es que se estima que rebase fácilmente el medio millón de euros.
“Este cálculo es complicado por muchos factores. La cifra siempre es confidencial”, explica Sandra Aladro directora de Gtres a El país, agregando que la publicación se está jugando el todo, pues es la apuesta más grande que ha tenido en los últimos años.
Las seguidoras de la marquesa en redes sociales tendrán que cambiar su móvil por la publicación, para saber los detalles del episodio más emocionante de la relación entre Falcó y Onieva.
Pero su boda no es el único negocio que hará la marquesa de Griñón con su boda. Y es que, todo el evento esta sostenido por una maraña de acuerdos comerciales, compromisos con marcas y contratos de confidencialidad.
Marcas como Tous, de la que es embajadora; Moet & Chandon será el champagne oficial; el chef Eneko Atxa ha confeccionado el menú para los 400 invitados. Además, Falcó ha promocionado en redes sociales los servicios de wedding planner – la agencia A Típica_ una de las favoritas de la alta clase madrileña.
Mientras que el vestido de novia es de la firma Carolina Herrera y está inspirado en el que lució Grace Kelly en su boda con el príncipe Raniero de Mónaco.
