El término "incienso", que proviene del latín "incensum", significa encender. Se trata de una preparación a base de resinas aromáticas de origen vegetal que son mezcladas con aceites de numerosas esencias, y que desprenden un humo balsámico al arder.
Si bien hoy existe un gran número de tipos de incienso, así como también diversos aromas, siempre se deben preferir aquellos que sean más naturales, ya que al ser un producto quemado el humo no deja de producir otros efectos en nosotros. Una guía es fijarse qué tan negro es el humo, ya que a mayor oscuridad más sintéticos tiene.
De cualquier manera, todos ellos aportan propiedades y energías que pueden ser desaprovechadas si no es encendido de manera correcta, por ello aquí te explicamos cómo utilizarlos de la manera adecuada.
Inciensos: ¿Cómo deben ser encendidos?
En simples pasos, quemar una vara de incienso no tiene mayor ciencia que aplicarle fuego. Sin embargo, aquí te dejamos un paso a paso para que tomes de guía.
Luego de escoger un incienso, según sea más provechoso para los fines que tienes, debes saber para qué lo emplearás. Por lo general, suelen dejarse fijos en un lugar que se consuman. Sin embargo, hay ciertas limpiezas energéticas que el uso del incienso se hace agitándolo en pequeños círculos alrededor del objeto o persona.
Así, tienes dos opciones: dejarlo fijo en una tabla u otro objeto en el cual se queme o teniéndolo en la mano. Independiente de cualquiera de estas alternativas, siempre se recomienda intencionar el incienso antes de encender.
Para que queme el incienso y aromatice el entorno, es siempre preferible hacerlo a través de palos o varillas de fósforos más que con encendedores o chisperos, ya que son más naturales y amigables con el medioambiente, así como provienen de la naturaleza también.
El incienso siempre se recomienda encender en la mano y, tras ello, montarlo en el porta incienso, ya que en caso que la llama sea muy grande, podrás agitar la varilla de incienso de izquierda a derecha. Es importante que no la soples, ya que ello disipa la energía y difumina la intención con la cual es encendida.
Tras el encendido, se notará cómo la punta está roja y desprende el humo, sin tener una llama viva, que es cuando ya está listo para dejar fijo en una tablilla o porta incienso, o para utilizar agitando en determinado contexto de limpieza y purificación.
Es importante mencionar que lo recomendado es hacerlo en espacios que se pueda ventilar, que no sean tan cerrados y que no se deje cerca de objetos inflamables para evitar cualquier accidente. Tampoco debes exponerte ni respirar directamente el humo del incienso, ya que puede ser nocivo para tu salud.
Junto con ello, el incienso empleado con fines energéticos se debe dejar consumir por completo, sino representa un estancamiento o intermitencia en el trabajo o función que le fue encomendado por medio de la intención que se le entregó.