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La Ley de Atracción es una creencia que se basa en que la energía que emitimos será capaz de atraer a otra energía similar a la que emanamos. Seguramente habrás escuchado alguna vez que si tienes pensamientos positivos, conseguirás cosas positivas o a la inversa. Lo anterior es la idea principal de la ley.
Si bien este planteamiento carece de alguna comprobación científica, cada vez son más las personas que practican esta norma. Ya que está muy relacionada con los pensamientos y la manera en la que consideramos que intervienen en nuestras vidas.
Por ejemplo, si alguien piensa de forma positiva sobre la idea de que conseguirá un trabajo, es más probable que lo consiga, pues estará con una " buena disposición" ante las oportunidades que se le presenten.
Sin embargo, si una persona piensa que nunca encontrará a la pareja perfecta, seguramente esto suceda. El motivo, es que está emitiendo energías negativas sobre este determinado tema, y probablemente se esté enfocando en las carencias o falencias que se tiene o se tienen a la hora de iniciar una relación.
¿De qué se trata la Ley de Atracción?
Seguro que habrás observado que cuando eres feliz, estás relajado, te lo pasas bien y haces lo que te gusta, estás inmerso de lleno en lo que quieres. Si hablas de ello, le dedicas tiempo y sueñas con conseguirlo, de repente, como por arte de magia, aparece la persona, la circunstancia o la oportunidad que estabas esperando.
Por otro lado, también te habrá ocurrido que, en alguna ocasión, sientas que vas acumulando un problema tras otro y que apenas estás haciendo frente a una situación complicada ¡plop! Te ocurre otra cosa negativa; "te llueve sobre mojado".
De alguna manera todo atrae a su igual. Tendemos a relacionarnos con gente que piensa como nosotros y que tiene nuestros mismos gustos e inclinaciones.
Cuando tienes algún pensamiento, este ofrece y envía una determinada vibración que a su vez atrae lo similar al mismo. Es decir, si tus pensamientos son optimistas, atraerás gente y circunstancias de la misma frecuencia. En cambio, si piensas negativo, atraerás negatividad.
No es nada mágico, no es nada esotérico, es simplemente física, energía y fuerza de atracción.
Todo en el Universo es energía. Los seres humanos somos un conjunto de átomos y moléculas que están vibrando a una velocidad que permite que parezcamos sólidos, cuando no lo somos en realidad. Esa energía vibratoria crea un campo magnético a nuestro alrededor.
Es un hecho científico, según Einstein todo es en realidad energía que vibra en diferentes frecuencias.
Nuestro campo magnético es un fiel reflejo de lo que somos. Varía según nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros miedos, etc. Pero lo que es realmente importante, es que atraemos hacia nosotros aquellas vibraciones que son similares a las nuestras. Somos como grandes imanes.
De ahí quizás la frase “dime con quien te juntas y diré quien eres”, pues no es novedad para nadie que, si una persona se siente continuamente frustrada, lo más probable es que se comience a rodear de gente que siente su misma apatía o frustración.
Lo anterior causa que se encapsulen los pensamientos, las emociones y vibras, es decir, se llena una “olla a presión” pero que no tiene ebullición.