La meditación es una práctica utilizada por personas de todo el mundo desde hace millones de años, que entre sus principales funciones busca conectarnos con el aquí y el ahora, y así lograr una mejor conexión con nosotros mismos.
A través del tiempo la ciencia ha demostrado los beneficios de esta técnica, que si bien proviene de la cultura oriental, cada vez es más ocupada por personas de Occidente, que buscan aprender a escuchar su cuerpo, apaciguar su mente y calmar la ansiedad.
Muchas veces se cree que una meditación tiene que incluir poner la mente en blanco y estar en completo silencio por una gran cantidad de minutos, pero no es así. En esta oportunidad queremos darte tres simples consejos que te ayudarán a conseguir tu objetivo con el tiempo.
Meditación: Conoce aquí 3 simples tips para empezar a meditar
Primero que todo, debemos aclarar que una buena meditación es aquella con la que te sientas más en paz. No hay manuales ni una evaluación que determine cómo lo haces, ya que es un proceso personal y que funciona como todo: mientras más la practiques, más cómodo te vas a sentir con ella.
Dicho lo anterior, te recomendamos que sigas estos tips:
Quien haya dicho que la mente puede aquietarse por completo está mintiendo, pues el movimiento mental ocurrirá siempre. Lo que debes hacer es enfocar tu mente en otra cosa. En este caso te recomendamos partir con una meditación sencilla, donde el foco esté en tu propia respiración.
Es muy común que como seres humanos sintamos culpa si no logramos hacer las cosas en una primera instancia. Pero tenemos que decirte algo: es poco probable que logres mantener tu mente enfocada en algo tanto tiempo, menos con todas las preocupaciones diarias y las cosas que pasan a tu alrededor.
Piénsalo así: estás mirando el cielo y pasan nubes. Cuando ves una nube no te culpas por hacerlo, solo dices "es una nube". Haz lo mismo con tus pensamientos. Etiquétalos y repite para ti: "es solo un pensamiento", deja que pase y vuelve a poner el foco en tu respiración. Hazlo todas las veces que sea necesario, sin reprocharte por hacerlo.
Esta práctica necesita tiempo y convertirse en rutina para ver sus efectos. No es necesario que en un principio pases 30 minutos intentando meditar. Parte de a poco, organiza un hora del día y lugar determinado, y establece pequeñas metas de tiempo para cumplir por semana. Verás que partiendo de a poco será mucho más fácil y grato realizar estas meditaciones diariamente.