Con la muerte de Isabel II, tras uno de los reinados más largos de la historia, se abrió una nueva era en la que la casa real británica se tuvo que reestructurar dando paso a que otros integrantes asuman roles más protagonistas, como el caso del príncipe William.
Luego de siete décadas como heredero, Carlos será coronado como rey del Reino Unido en una ceremonia en la Abadía de Westminster y el título de príncipe de Gales quedó en manos de su hijo mayor.
El primogénito del rey Carlos y la princesa Diana, que tenía el título de duque de Cambridge cuando se casó con Kate Middleton en abril de 2011 y el de duque de Cornualles desde la muerte de su abuela, se convirtió en el vigésimo segundo príncipe de Gales para ocupar el primer lugar en la línea sucesoria de la corona británica.
¿Por qué el heredero es nombrado Príncipe de Gales?
Lo primero que se tiene que saber sobre este título es que no es heredable, es decir, el rey o reina es quien decide a quién entregarle el título, que fue instituido por el rey Eduardo (1923-1307) y otorgado a su hijo, Eduardo II, en el castillo de Caernarfon. El objetivo era congraciarse con sus nuevos súbditos, los habitantes del País de Gales.
Aunque el título ya existía, pero pertenecía al reino de Gwynedd, los príncipes nativos de Gales, un territorio independiente antes de que fuera conquistado por Eduardo I de Inglaterra. Antes de que pasara a manos de la corona británica, quien poseía este nombramiento era Llywelyn ap Gruffydd el "Último Rey", pero lo perdió cuando fue decapitado en una emboscada.
Cuando Gales fue sometido al reino de Inglaterra, el título de príncipe de Gales se destinó al heredero del monarca inglés. Desde entonces, todos los herederos al trono reciben dicho honor mediante nombramiento real. El lema del Príncipe de Gales es Ich diene , “Yo sirvo”, en alemán.
La ceremonia de investidura
El Castillo de Caernarfon, construido al norte de Gales tras la victoria inglesa, es el lugar que alberga las ceremonias de investidura de los nuevos príncipes de Gales, al menos así fue e 1969, cuando Isabel II otorgó de forma oficial este título a su hijo mayor, Carlos de Inglaterra, hoy nuevo rey, en una colorida y vistosa ceremonia, en la que el príncipe de 20 años se arrodilló ante su madre, y jefa del Estado, y paseó por el castillo con corona, cetro y capa de armiño.
Ese día habló en inglés y en galés; dio un discurso apasionado sobre su vocación de servicio. La ceremonia no fue del todo tranquila, pues algunos nacionalistas galeses que protestaron, tras recordar el episodio del siglo XIII.
Esa ceremonia fue transmitida en vivo por televisión y se calcula que la vieron 500 millones de personas en todo el mundo. El importante acto sirvió para que la monarquía echara un vistazo al poder de la comunicación en los asuntos de la realeza.
