Astros

Leyes kármicas: Conoce las reglas del karma y cómo nos afectan

Dentro de las tradiciones orientales como el budismo y el hinduismo, se cree que existen ciertas cargas que las personas se llevan de una vida a otra, debido a que creen en la reencarnación. Esta carga se llama karma, y es un principio universal de justicia y equilibrio, que dice que todos los actos tienen consecuencias y repercusiones futuras en la siguiente vida.

Como estas religiones carecen de un Dios que juzga, existe una energía cósmica que le reemplaza, siendo el karma la energía que actúa de juez, proponiendo que aquello que hacemos volverá a nosotros de alguna manera. En ese sentido, la reencarnación ofrece la oportunidad de avanzar en ser mejores personas en beneficio propio, ya que permitirá tener mejores vidas.

Descubre aquí las 6 primeras leyes kármicas y sus implicancias

Dentro de esta sabiduría, el karma no tiene espacio para las casualidades, y esta energía justiciera tiene determinadas leyes que dictaminan la respuesta de nuestros actos, así como la de nuestros pensamientos y sentimientos. Aquí te presentamos la primera parte de esas leyes.

Es una ley simple y muy conocida, la cual dictamina que sembramos aquello que cosechamos o, dicho en otros términos, lo que ponemos en el Universo vuelve a nosotros. Aunque la disciplina habla de este efecto para la vida siguiente, actualmente muchos han ligado esta ley con la de correspondencia psicológica o la ley de causalidad universal.

Esta ley dice que cada persona es responsable de aquello que hace, por tanto tiene la libertad de decidir la realidad que quiere crear. De la misma manera, la vida exige que participemos en ella, ya que somos uno con el Universo y no podemos estar ajenos como observadores, por lo que debemos crear la vida que queremos y en base a la cual seremos juzgados por el karma.

Casi como otro principio más, esta ley dice que lo que negamos aceptar es lo que nos seguirá ocurriendo, o como reza el popular dicho "lo que evito, lo invito". Por ello, se invita a ser humilde, para ver y reconocer la realidad que vivimos y creamos, aunque esta no sea de todo nuestro agrado, sin embargo, desde esta base podemos ejercer los cambios que necesitemos.

Siempre es más fácil culpar a otros o a factores externos de lo que nos sucede, sin embargo, esta ley nos recuerda que somos nosotros quienes debemos cambiar y no las demás personas o lugares. Solo cuando se deja de lado el contexto, es que podemos crecer desde el interior de nosotros, donde podemos cambiar las cosas con las que no estamos a gusto.

Esta ley nos invita a asumir las responsabilidad de nuestros actos, ya que la felicidad de nosotros depende netamente de nuestras decisiones, por ello somos responsables de las elecciones, de los errores y éxitos. Aunque sí existen cosas que escapan de nuestro control, muchas veces sí seremos capaces de reaccionar a ello.

Así como todo tiene una consecuencia, detrás de ello subyace una conexión imprescindible de las cosas, por lo cual todo está conectado o interconectado, ya que las decisiones tienen consecuencias, además de que también atraemos aquello que hacemos, ya sea en esta vida o en la siguiente.

Esta ley nos recuerda que no se pueden pensar dos cosas al mismo tiempo, por lo cual hay que tener la capacidad de enfocarse en un determinado objetivo. Ir paso a paso, es lo que nos recomienda para actuar enfocados, lo cual también opera a nivel kármico y de reencarnación. Por ello se dice que enfocarse es mirar desde el corazón, ya que nos permite poner amor en lo que se hace.

Así como podemos cargar mal karma, también cargamos del bueno. En ese sentido, quien es capaz de dar, también debe tener y tendrá la capacidad de recibir, porque el universo nos da aquello que damos. Se podría ver como una recompensa que invita a actuar con solidaridad y nobleza con todo ser vivo.

Permanecer demasiado tiempo aferrado al pasado nos impide vivir el presente, así como mucho pensar en el futuro incierto nos lleva a no poder disfrutar el aquí y el ahora. Por ello, es que el karma nos invita a que aprendamos a vivir en el presente, que junto con la Ley del enfoque, nos pide entrenar la atención a aquello que estamos viviendo para apreciar mejor cada instante y ser consciente de lo que se vive.

Para el karma, la historia se repite las veces necesarias hasta que aprendamos la lección para cambiar nuestro camino, ley que se aplica también en la vida. Por ello es que debemos aprender cuándo cambiar frente a situaciones que sean desagradables o problemáticas, siendo nosotros el motor de cambio principal de nuestra vida, lo cual comulga con la ley de responsabilidad.

La energía kármica no es azarosa ni está sujeta a la suerte, ya que todo tiene una causa inicial o que desencadenó algún suceso. Sin embargo, las cosas no suceden de manera instantánea, por lo cual hay que tener paciencia, ya que es otra virtud que cultivan estas culturas, ya que tras la espera siempre se obtendrá una recompensa.

El valor de algo es el resultado de la energía e intención que se le pone, y en ese sentido es que cada contribución personal es también una contribución a la totalidad. Por ello es que se invita a darle importancia y valor a todo acto y objetivo, aplicando en ello toda la creatividad posible.

Video recomendado: Horóscopo semanal del 12 al 18 de septiembre para Cáncer, Escorpio y Piscis

Tags