Aunque desde hace meses, la salud de la reina Isabel II era frágil y desde semanas trataba de recuperar su energía en su residencia de Balmoral, sin embargo, la familia real no se esperaba que su partida fuera tan rápida y sorpresiva.
El martes, Isabel II recibió en Balmoral a la nueva primera ministra Liz Truss, a la que le pidió que forme gobierno tras ser elegida líder del Partido Conservador, en sustitución de Boris Johnson, quien dimitió el pasado mes de julio. Fiel a su carácter fuerte, hizo un gran esfuerzo para recibir a la primera ministra tras la dimisión forzada de Boris Johnson. El saludo a Liz Truss fue su último acto oficial.
En la imagen difundida por el Palacio de Buckingham, la reina presentaba un aspecto propio de su edad, pero lo que más llamó la atención fue el moretón en la mano derecha. La reina estaba bajo vigilancia estrecha por su equipo de médicos las 24 horas y hasta ese momento, no parecía que su despedida de la vida fuera tan inminente, lo que explica que su familia no estuviera tan cerca de ella.
De acuerdo con Daily Mail, los únicos que llegaron a tiempo para despedirse de ella fueron el entonces príncipe de Gales, Carlos y la princesa Ana, que ya estaban en Escocia.
El desenlace final fue muy rápido, hasta el punto que tan solo Carlos y la princesa Ana, que estaban en Escocia, llegaron a tiempo para ver con vida a Isabel II, quien murió el jueves por la tarde sin que se haya especificado su hora de muerte ni la causa.
Carlos salió de Windsor a las 6:48 horas local en helicóptero y llegó a Balmoral a las 10:30 horas. La ahora reina consorte Camilla estaba en Birkhall, residencia escocesa del matrimonio, así que se trasladó en automóvil.
El resto de sus hijos entraron por la puerta principal del Palacio de Balmoral cuando Isabel II ya fallecido. Entre el grupo de personas que pudo despedirse de la monarca más longeva del Reino Unido se encontraba su Angela Kelly, la asistente personal de la reina.
Ni sus hijos Andrés y Eduardo, ni sus nietos William y Harry, éste último que se encontraba de paso por Londres tras la inauguración de los Invictus Games en Alemania, pudieron llegar a tiempo.
El príncipe Enrique aterrizó en Aberdeen veinte minutos después de que el Palacio de Buckingham informara en un comunicado que Isabel II había muerto "apaciblemente" en su residencia veraniega de Balmoral. El último en llegar fue Harry. La noticia de la muerte de su abuela le sorprendió en pleno vuelo, camino a Balmoral. Aterrizó sin la compañía de su esposa, Meghan Markle.
Su círculo cercano aseguró que compartieron con la reina en paseos por el campo y picnics, como suele hacer en vacaciones, aunque su actividad se había reducido en los últimos días. El miércoles suspendió su encuentro virtual con su consejo privado, y esa fue la última señal del agravamiento de su salud.
