Por mucho tiempo se ha visto la figura de Jesús como alguien que obedeció a su misión, se resignó a su destino y quien también aceptó con pasividad y sumisión, sacrificándose por toda la humanidad. En estas fechas se recuerda esta figura espiritual, que ha trascendido religiones, pero principalmente ha sido vinculada con el cristianismo y el catolicismo, quien relata que él ha sido crucificado y luego ha resucitado al tercer día después de morir.
En base a lo anterior, es que hemos querido contarte más allá de la figura de Jesús, comprendiéndolo también con una conciencia más elevada, entendiendo que pudo haber tenido gran relación con el esoterismo, ya que según autores como Lain García o Joe Dispenza, esta gran figura ligada a la espiritualidad pudo haber tenido una gran unión con la metafísica.
Para comprender más sobre este tema es importante saber, en primera instancia, qué es la metafísica y ella es una ciencia filosófica que estudia las situaciones y la realidad, tomando en cuenta lo que no se ve. Ella se dedica a estudiar los problemas centrales del pensamiento filosófico, conceptos que tienen que ver con el ser, el mundo, el alma y también a Dios. Comprendiendo que todo se manifiesta como un reflejo de creencias individuales y colectivas, creando así diferentes realidades.
Semana Santa: ¿Qué relación tiene Jesús con el mundo esotérico?
Para algunas personas Jesús puede ser visto como un gran Maestro Ascendido, quienes desde el punto de vista esotérico son seres puros, espirituales y que vienen a expandir su luz y sabiduría al mundo. No son seres alejados a los humanos, sino que más bien representan a personas que durante encarnaciones se han atrevido a trascender sus limitancias y propios egos para así expandirse.
Así lo hizo Jesús, quien por medio de parábolas buscó darle a quienes lo escuchaban diferentes enseñanzas que tienen que ver con la comprensión de la vida como una realidad, en donde las propias creencias, tanto individuales como colectivas, van influyendo en la percepción de la realidad.
Por otra parte, la figura de Jesús se puede tomar como la de un gran alquimista, entendiendo que esta es "una creencia esotérica que está vinculada a la transmutación de la materia." Lo cual se puede ver traducida en las parábolas en donde él podía abrir los mares y también multiplicar el vino, entendiendo así el poder de la mente y la capacidad que esta tiene de transmutar creencias negativas en positivas, todo esto en base a la conexión con nuestro interior.
Este gran maestro también puede asociarse a diferentes terapias holísticas como el Reiki, ya que Jesús, según dice la Biblia, fue capaz de sanar con sus manos a los enfermos. Esto mismo hace esa medicina, que traspasa energía a través de las manos en conexión con la divinidad, en torno al amor, teniendo conciencia de que estamos constituidos por átomos que muchas veces se ven estancados por medio de enfermedades o emociones negativas que han sido atrapadas y no trascendidas.
También el karma puede ser comprendido desde la mirada de Jesús como algo que venimos a atravesar para que el alma se libere, y también una posibilidad de adquirir los aprendizajes y conocimientos que hemos acordado como humanos. Los anteriores se deben comprender no como un castigo, sino que una misión que se puede tomar de diferentes formas según la conciencia que se tenga, desde la alquimia o la metafísica, entendiendo que los milagros corresponden a la intención que como seres tengamos, algo que en esoterismo es muy importante a la hora de hacer magia.
