Después de unos largos meses complicados de salud y lejos de la mirada pública, la princesa Charlene retomó cada vez con más fuerza su agenda y para muestra el viaje que hizo con el príncipe Alberto de Mónaco al Vaticano para reunirse en una audiencia con el Papa Francisco.
Pero lo que más llamó la atención de este encuentro en la Biblioteca Apostólica, donde intercambiaron obsequios, fue su vestimenta negra. Tal como dicta el protocolo, se le vio llevando la cabeza cubierta con una mantilla y luciendo un sencillo vestido.
Es requerido a las mujeres asistan a este tipo de encuentros privados con el líder de la iglesia católica en negro, sin embargo, Charlene forma parte de pequeño grupo de mujeres que puede vestir en blanco durante las audiencias privadas con el Pontífice, algo que había hecho en cada una de sus visitas al Vaticano, hasta ahora.
Para la ocasión, la princesa Charlene lució un vestido negro con escote barco y un collar de cuentas de rosario junto con un velo de encaje negro, llamado mantilla. El conjunto se parecía al que usaron otras mujeres conocidas durante sus visitas al Papa, incluida Jill Biden en octubre de 2021 y Melania Trump en mayo de 2017.
El privilegio de vestir de blanco
"Le privil ge du blanc" en francés o "il privilegio del bianco" en italiano, la tradición especial se extiende únicamente a reinas y princesas católicas designadas y generalmente se reserva para eventos importantes en El Vaticano, como audiencias privadas, canonizaciones, beatificaciones y misas especiales.
En ocasiones anteriores, Charlene optó por usar ropa blanca para sus reuniones con el Papa ya que es una de las siete mujeres a quienes se les ha dado ese "privilegio del blanco": la reina Sofía de España, la reina Paola de Bélgica, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, la reina Matilde de Bélgica, la reina Letizia de España, la princesa Marina de Nápoles y la princesa Charlene.
La princesa Charlene vistió de blanco en dos reuniones anteriores en el Vaticano: durante una audiencia con el papa Benedicto XVI en 2013 y con el papa Francisco, pero en 2016.
Intercambio de regalos
La pareja real se reunió con el líder de la iglesia católica en la Biblioteca Apostólica y durante la visita de 25 minutos intercambiaron obsequios: el líder de la iglesia católica entregó a la pareja una representación de bronce de un niño ayudando a otro niño a levantarse del suelo con las palabras "amor" y "ayuda" grabadas en los costados de las figuras.
Mientras que el príncipe Alberto, de 64 años, obsequió al papa un boceto artístico de la Capilla de San Juan Bautista, ubicada en el Palacio Real de Mónaco.
El príncipe Alberto y la princesa Charlene también asistieron a la Misa de Inauguración del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en 2013, cuando Charlene se fue con un conjunto negro y un tocado a juego.
