Venus, para la Astrología y otras prácticas esotéricas, es el planeta del amor y del placer. Se relaciona con la belleza y también con cómo nos miramos a nosotros mismos y entendemos nuestros recursos, relacionándose así fuertemente con la autoestima y autovalía.
Al decir que alguien tiene Venus en Cáncer es porque este cuerpo celeste se encontraba en aquel signo zodiacal en el momento exacto en que la persona nació, otorgándole las cualidades del signo a las temáticas mencionadas anteriormente e influyendo así en nuestra forma de ser en las relaciones amorosas y con nosotros mismos. Esto es lo que revisaremos a continuación.
Cabe destacar que para saber dónde se encontraba Venus en nuestro nacimiento y qué signo zodiacal nos corresponde en la vida, es fundamental revisar la Carta Astral, que se puede sacar en páginas como Astro.com o Carta-Natal.es, ingresando la fecha, lugar y hora exacta de nacimiento.
Venus en Cáncer: ¿Cuáles son las prioridades en el amor para las personas de este signo zodiacal?
Cáncer es un signo muy cuidadoso y que siempre se preocupa de nutrir a los demás, porque quiere sentirlos como familia y tiene la necesidad de protegerlos. Lo anterior, en el ámbito de las relaciones amorosas, se traduce en que busca una conexión profunda y que le de mucha seguridad emocional.
Una persona Venus en Cáncer puede sentir mucha inseguridad y por lo mismo busca vínculos que sean de gran cuidado, y eso le puede llevar constantemente al sufrimiento, ya que no se relaciona mucho como un par con un otro, sino como alguien o que necesita ser protegido o que necesita proteger.
Por otro lado, quien tiene esta posición en su Carta Astral puede ver limitada su expresión de placer en una relación debido a la timidez, y le pasa que por lo mismo necesita sentir una conexión muy fuerte para lograr conectar corporalmente con alguien más. Por lo anterior es que termina juntándose con personas similares o ya conocidas en su entorno.
Venus en Cáncer puede también ser muy dependiente de sus relaciones íntimas por este miedo interno a ser traicionada o verse vulnerada de alguna forma, lo que puede traducirse en sacar un lado más manipulador o, por otra parte, ser excesivamente cariñosa e importarle mucho los abrazos y los mimos para conectar con su pareja.
En resumen, quienes tienen a esta posición como la regente de su autoestima y de la forma en la que se relacionan con los demás, viven el amor desde un lugar de expectativa de seguridad emocional, con la que puedan ser vulnerables y dejar de lado su timidez, pero es todo un proceso que los puede llevar a reacciones difíciles y diferentes problemas con sus parejas, pero que también podría aportar mucha ternura en cada vínculo que generan.
