En marzo de 2002, durante la entrega de los premios Oscar, uno de los momentos más memorables y emocionantes de la noche, fue la concesión del Oscar Honorífico al actor, productor y director Robert Redford, por su incalculable aportación al mundo del cine.
Ese día, se vio en el escenario a un rejuvenecido Robert Redford que recibía su premio de manos de Barbra Streissand. ¿Rejuvenecido? La palabra se quedaba corta para describir la transformación de quien fue uno de los actores más guapos de Hollywood durante los años 70 y 80.
Más adecuado hubiera sido utilizar, por ejemplo, reconstruido o, mejor aún, restaurado o intervenido, decía la prensa en aquel entonces.
Estaba en favor de envejecer con dignidad
Nada de esto hubiera llamado la atención de no ser porque el afamado actor, que en aquel tiempo tenía 64 años, alguna vez había expresado su opinión con respecto a la importancia de envejecer con dignidad. Él siempre había dicho que nunca seguiría la tendencia de Hollywood de retrasar el reloj con cirugía estética.
Sin ir más lejos, a principios de ese año, lanzó un furioso ataque verbal contra lo que él llamaba una “enferma obsesión” con la cirugía plástica que asolaba la ciudad de Los Ángeles, dejando a algunos actores como si hubieran sido atacados por los “ladrones de cuerpos”.
De acuerdo con el doctor Peter Geldner, de la Universidad de Illinois, después de estudiar algunas fotos del antes y el después de Robert Redford, no había duda de que el actor se había sometido a una reconstrucción de ambos párpados y que se había quitado un lunar del carrillo derecho.
En tanto, en la oficina de prensa del galardonado actor y director negaban cualquier tipo de intervención quirúrgica y recordaban al público la posición defendida por Redford acerca de la cirugía estética.
Querido por los hombres, adorado por las mujeres y aclamado por el público y la crítica, casi lograba convencer de que existía una forma de envejecer con elegancia, llevando las arrugas de la cara y las bolsas bajo los ojos como si no existieran ni importaran.
Robert Redford, quien hoy cumple 85 años de edad, fue, sin duda, pionero en el retoque de botox. Ahora, esta técnica parece de lo más normal, pero entonces no era algo corriente.
Meses después el botox era legal. Hoy, el Botox es la marca comercial más conocida de esta forma de toxina botulínica cosmética. La registró y comercializó la empresa californiana Allergan, que logró la aprobación oficial para uso estético en abril de 2002
En los años 70 fue uno de los galanes más requeridos y se convirtió en uno de los actores más taquilleros y respetados. En la siguiente década, fue un director reconocido y a partir de los noventa, se convirtió, desde el Festival de Sundance, en una de las personas más influyentes de la industria.
Con cada paso que dio, no abandonó lo conseguido anteriormente sino que fue sumando nuevas funciones y logros.
