A punto de cumplir dos meses y medio en terapia intensiva, el pronóstico sobre la salud del cantante mexicano Vicente Fernández no es nada alentador.
Aquella caída en su rancho "Los 3 potrillos", ocurrida el pasado 9 de agosto, ha resultado definitiva para el "Charro de Huentitán", quien lucha por su vida en el área de terapia intensiva del hospital Country 2000 de Guadalajara, Jalisco.
Actualmente, el intérprete de "Mujeres divinas" y "Acá entre nos", presenta un cuadro clínico complejo, ya que no tiene movilidad en sus extremidades, está conectado a un respirador artificial y se alimenta a través de una sonda estomacal.
Y aunque en estos momentos los esfuerzos médicos están concentrados en mantener con vida don Chente, hay un aspecto que preocupa profundamente a la familia, pues en caso de abandonar terapia intensiva y pasar a un nosocomio del hospital para esperar el alta, existe un gran riesgo de que Fernández no pueda volver a caminar de manera autónoma.

La atrofia muscular, la pérdida de su masa y el deterioro óseo que sufre cualquier persona cuyas extremidades están inmóviles, traen por lo general consecuencias irreversibles. En el octogenario artista, el daño pudo haber llegado ya a un punto sin retorno.
Si bien los informes médicos han sido reiterados en cuanto a que al cantante se le ha hecho una terapia física de rehabilitación desde los primeros días, la coincidencia de los reportes es enfática al afirmar que su condición es estacionaria, es decir, que no presenta progresos manifiestos, y que no hay avances en su condición de movilidad.
El pronóstico de que vuelva a caminar por sus propios medios, es decir, sin ayuda o apoyo, hoy se aleja -lamentablemente- de cualquier escenario real. Más aún luego de conocerse que padece el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que ataca el sistema nervioso y que agrega dificultades al tratamiento basal del paciente.
Es muy probable que si Vicente Fernández no queda postrado para siempre, nunca lo volvamos a ver caminar con pasos seguros, o estando incluso de pie, sin la compañía de un bastón o un andador; como también que, para movilizarse a distancias medias, deba utilizar una silla de ruedas.